con Corazón Puro,
démosle gracias tan honda
y sinceramente como permita nuestra pequeñez:
suplicando con toda el Alma
a su extraordinaria mansedumbre
que se digne hacer de su beneplácito
escuchar nuestras oraciones;
también que, con su fuerza,
expulse al enemigo de nuestros actos y raciocinios,
multiplique nuestra Fe,
gobierne nuestra mente,
conceda pensamientos espirituales
y nos lleve a su felicidad por Jesucristo, su Hijo.
Amén.
San Agustín
démosle gracias tan honda
y sinceramente como permita nuestra pequeñez:
suplicando con toda el Alma
a su extraordinaria mansedumbre
que se digne hacer de su beneplácito
escuchar nuestras oraciones;
también que, con su fuerza,
expulse al enemigo de nuestros actos y raciocinios,
multiplique nuestra Fe,
gobierne nuestra mente,
conceda pensamientos espirituales
y nos lleve a su felicidad por Jesucristo, su Hijo.
Amén.
San Agustín
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