YO, PADRE...

Pido a Dios consuelo, en la ardua labor de ser padre,
me pregunto a veces, dónde está el Amor
la realidad convence, desde su materialismo el mundo
genera su necesidad, yo tal vez me pierdo,
padres soy, busco al cielo, consuelo
Allí, dónde la mirada no llega, solo la palabra,
el deseo de mi entrega, escuchada por el sentir,
el latir simple de cada una de mis palabras...
Sé que solo no estoy, porque refugio halló en ti Dios Padre,
Hijo soy antes que hombre,
nada es la verdad de mi humilde pensamiento
porque desde la ignorancia de mi humanidad
colmo de pecado mi racionalidad...
Digno no soy, como Tú, Padre mío, porque yo siendo pecado
sigo atentando contra tu voluntad
Tú, Padre mio, sigues ahí, oyéndome, amándome y entregándome la vida.
Lagrimas brotan en mi, por mi carne
soy el disfraz del dolor de mi Alma,
Solo Señor, soy capaz en ti de recibir el consuelo
en tu Voz, mi Conciencia, tu Esencia, mi Alma, en tu Esperanza...
Solo soy herramienta de tu Providencia
legajo de tu Voluntad, hoy soy, mañana quién sabe...
Sangre y carne de los hijos que son ejemplo de mi legado
alguno hoy, Señor, mi Vida, es martirio,
no solo en mi, sino en él mismo
Perdónale Señor, como Perdón te pido a ti.
Cansado estoy, y más no puedo
faltame voluntad, en mis días las busco y Tú sabes que voy a su encuentro
ten Piedad Señor de mi, sé mi Consuelo y Esperanza en mis Hijos,
y perdona mis ofensas...
Amen
Jyhael

BIENAVENTURADO AQUEL...

Bienaventurado aquel, que en el último día de su vida, consuma la última palabra en Dios...
Bienaventurado aquel, que la providencia le otorga un último aliento para con su familia...
Bienaventurado aquel, que halla la verdad de la necesidad de Dios en la consumación de sus días...
Bienaventurado aquel, que sin ver llama a su fe necesidad y a su necesidad creencia...
Bienaventurado aquel, que ante la adversidad de sus días nada teme en la gracia de su muerte...
Bienaventurado aquel, que desde su sufrimiento solo encuentra humildad en la verdad de las palabras...
Bienaventurado aquel, que apagándose va su vida y llena de Esperanzas las tristezas de los que quedan..
Bienaventurado aquel, que ve la verdad viviendo y viviendo entrega su verdad...
Bienaventurado aquel, que vio la vida en un eterno acto de consumación y de sentido, para compensar la ausencia de su partida...
Bienaventurado aquel, que ora sin necesitar, orando por los que necesitan...
Bienaventurado aquel, que después de su muerte, colma la conciencia de los más amados y sigue vivo...
Bienaventurado aquel, que en su ausencia, sigue haciendo vivo su presente y en el tiempo su consuelo...

"... A mi amigo Suso en el recuerdo y Amor a su esposa Catalina,
en los peores momentos de su vida
encuentra la felicidad consumada de quién con Amor, se la entregó
hasta el final de sus días..."
Retorno a la casa del Padre, esperando en el umbral de la puerta de la vida,
abriendo el corazón, al consuelo de las Almas que he amado,
porque nunca estaré ausente, siempre viva en el recuerdo de quiénes me amaron...