SALMO 139 (140)

Libráme Yahvé del hombre malo;

defiéndeme del hombre violento,
de esos que en su corazón
maquinan cosas perversas,
que provocan contiendas cada día;
afilan su lengua como la serpiente,
tienen veneno de áspid bajo sus labios,
Sálvame, Yahvé, de las manos del inicuo,
Guárdame del impío,
de los que intentan hacerme caer.
Los soberbios me esconden lazos,
y tienden mallas como red;
me colocan trampas junto al camino.
Yo digo Yahvé: Tú eres mi Dios;
escucha Yahvé, la voz de mi Súplica.
Señor Yahvé, Poderoso Auxilio Mio,
Tú cubres mi cabeza en el día de la batalla.
No satisfagas, Yahvé, los deseos del inicuo
ni cumplas sus designios
No Levanten cabeza los que me asedian
caiga sobre ellos las malicia de sus lenguas
lluevan sobre ellos carbones encendidos,
precipitalos en abismos,
para no levantarse más
el hombre de mala lengua
no durará en la tierra;
los infortunios caerán de golpe
sobre el violento.
Sé que Yahvé Tomará la defensa del desválido,
Hará Justicia a los pobres
ciertamente los Justos celebrarán tu Nombre.
Los Rectos habitarán en tu presencia...